¿Sabías que una postura incorrecta puede implicar lesiones o una baja en la productividad?


El ruido  ambiental, la organización de tu escritorio, la vestimenta que utilices, la luz que te permite leer, la cercanía o lejanía con espacios naturales, los alimentos que consumiste en las últimas horas, tu nivel de cansancio e incluso tu estado de ánimo pueden impactar en lo que estudias y la forma en que lo aprendes.

¿Te sorprende? Por extraño que resulte, existen diferentes factores externos o ambientales capaces de afectar el proceso de estudio, los cuales demuestran que estudiar es mucho más que simplemente sentarse a leer.Uno de ellos es la postura para estudiar. La forma de posicionar el cuerpo para esta actividad puede tener un impacto directo en:

·         La duración de la jornada de estudio.
·         La sensación de comodidad o incomodidad del estudiante.
·         Lo aprendido.

Debes tener en cuenta el hecho de que una mala postura, al estudiar, se va a traducir en trastornos de la columna vertebral, dolores de nuca, de cabeza, cansancio en los ojos, etc. Es importante que aprendas a sentarte de una manera fisiológicamente correcta, apoyando bien la espalda en el respaldo desde el “trasero” hasta los omoplatos y utilizando, si fuera preciso, por no disponer de un respaldo adaptable, una almohadilla a la altura de los riñones.

¿Cómo colocarse para estudiar?

La mejor postura para estudiar es aquella en que se favorece la circulación sanguínea a todo el cuerpo. Por tanto, no existen obstáculos que causen cansancio en extremidades, adormecimiento de una de ellas o incomodidades que desconcentren de manera constante al alumno.

Estudiar acostado, es un claro ejemplo de una postura incorrecta. Si esta actividad se realiza apoyando los codos o antebrazos, en pocos minutos el estudiante comenzará a sentirse cansado y no podrá concentrarse de forma completa en lo que estudia; si se realiza con los brazos alzados para sostener el material de estudio por encima de la cabeza, el adormecimiento de dichas extremidades llevará a renunciar de dicha tarea.

Nunca debes estudiar con la cabeza hacia adelante y la espalda encorvada, ya que de esa manera los músculos y vertebras de la nuca tendrían que soportar un esfuerzo anormal. Los asientos demasiado blandos son, asimismo, perjudiciales, ya que sostienen más las vértebras lumbares con el consiguiente perjuicio para la columna vertebral.

Por ello, lo recomendable es estudiar sentado. Esto implica apoyar totalmente la espalda en un respaldo horizontal y firme, con el cuerpo ligeramente tenso y erguido, pero sin músculos tensionados.


Tu mesa de estudio

Para evitar las posibles anomalías que te pueden surgir debido a una mala postura, y teniendo en cuenta que debes permanecer demasiado tiempo sentado, tienes que adaptar el pupitre o mesa - silla a la postura fisiológicamente correcta, de tal modo que, conservado tu libertad de movimiento, te sientes satisfecho en la posición técnica adoptada.

El equilibrio dentro de la posición correcta de sentado la obtienes cuando la línea de gravedad, perpendicular al suelo, pasa por la décima vertebra dorsal, con la que evitas la contracción muscular que ocasiona la fatiga. La postura teóricamente correcta es la siguiente:

Cabeza: ligeramente inclinada
Brazo: a lo largo del cuerpo
Antebrazo: ángulo recto con el brazo
Tronco: ángulo recto con el muslo
Muslo: ángulo recto con las piernas
Piernas: ángulo recto con el suelo
Pies: De plano sobre el suelo

Por otra parte, el pupitre debe permitirte adoptar, sin incomodidades, las tres posturas más usuales en la escuela: de pie, sentado en reposo o trabajando sobre la mesa. De acuerdo con esto, los pupitres y tu mesa de estudio deben reunir las siguientes características:

1.    Asiento: su altura debe ser igual a la longitud de tus piernas, medidas desde el suelo hasta la parte inferior del muslo. La anchura o fondo del asiento tendrá que adaptarse a la longitud de tus muslos cuando estás sentado en ángulo recto. En los pupitres móviles se emplea, a veces, el asiento giratorio con un dispositivo graduable.

2.    Mesa: La altura ha de coincidir con la de tu estómago; en ningún caso deberá ser más baja. La tabla de la mesa ha de ser plana o ligeramente inclinada hacia adelante. Puedes suplir la inclinación utilizando un atril.


3.    Respaldo: debe llegar a la altura de tus omóplatos, procurando que sea de madera lisa y levemente inclinado hacia atrás, a fin de facilitar una posición de reposo. 


La distancia entre la mesa y la silla debe ser adecuada; se recomienda que la posición de los dos elementos sea ligeramente interferente; es decir, que el borde de la mesa y el asiento estén en una cierta medida yuxtapuestos. Cuando la mesa y la silla formen una sola pieza, aunque tengas que salirte del pupitre para ponerte de pie, esta dificultad carece de importancia, pues esta disposición te obliga a adoptar la postura de ángulo recto entre el tronco y los muslos, tan beneficiosa para tu organismo.

Si juntamos estas recomendaciones, con la siguiente imagen ilustraremos la postura ideal de estudio con todo lo visto anteriormente.

Por último, para asegurarse de efectivamente cuidar la salud al estudiar, se recomienda tomar descansos cada dos horas y ponerse de pie para caminar al menos durante 3 minutos y así estimular la circulación.